Las diez estrategias de manipulación mediática
1. La estrategia de la distracción,
que consiste en desviar la atención del público de los problemas
importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y
económicas.
2. Crear problemas y después ofrecer
soluciones, como permitir una crisis económica para hacer
aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y
el desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad.
Los cambios se aplican poco a poco porque de ser aplicados de una
sola vez provocarían una revuelta social.
4. La estrategia de diferir o “el mal
necesario”. Si se presenta una decisión impopular como
dolorosa pero necesaria, la aceptación del público respecto a la
misma mejora.
5. Dirigirse al público como criaturas de
poca edad: “Si uno se dirige a una persona como si ella
tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la
sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una
respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico
como la de una persona de 12 años o menos de edad”.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más
que la reflexión, lo cuál es una técnica clásica para
causar un cortocircuito en el análisis racional de las personas.
7. Mantener al público en la ignorancia y
la mediocridad: “La calidad de la educación dada a las
clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible,
de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las
clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca
imposibles de alcanzar para las clases inferiores”.
8. Estimular al público a ser
complaciente con la mediocridad. Así, se promueve al
público a creer que ser estúpido, ignorante, vulgar o inculto está
de moda.
9. Reforzar la auto-culpabilidad,
de forma que el individuo crea que solamente él es el culpable de su
propia desgracia.
10. Conocer a los individuos mejor de lo
que ellos mismos se conocen, con el objetivo de ejercer un
mayor control y un gran poder sobre estos, mayor que el de los
individuos sobre ellos mismos.
¿Todo es una obra de teatro?
¿Os resulta conocido? Estas diez premisas bien
podrían ser el manual paso a paso que están siguiendo
nuestros políticos para enfrentarse a la crisis económica.
Sin embargo, todo esto se está aplicando siguiendo el punto tres, es
decir, paso a paso, de forma que no nos demos cuenta, aborregando a
la sociedad poco a poco con los problemas económicos como telón de
fondo. ¿Reaccionaremos a tiempo o ya es demasiado tarde?